En donde se encuentra la oficina de turismo de la Intendencia (18 de julio 1226) frente mismo a Plaza Constitución, existe un cartel grande de madera donde se destaca “Paysandú, Capital del Artiguismo”. ¿Por qué?
Allá por 1815 en este mismo punto se encontraba la Iglesia, conocida años después en tiempos de la Defensa de 1864 como “Iglesia vieja”, ya que por entonces se estaba finalizando la construcción de la “Iglesia nueva”, muchos años después denominada “Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo”.
Pegado a la iglesia vieja, existía un humilde rancho de barro que durante algunos días fue hogar de paso de José Gervasio Artigas quien por junio de 1815, gobernaba la Liga Federal cuya capital sería Purificación (campamento emplazado 7 kms al norte de la Meseta de Artigas).
En ese mismo rancho se dio un encuentro de suma relevancia histórica entre Dámaso Larrañaga y Artigas, ¿por qué decimos eso?. Porque este encuentro fue registrado en el Diario de viaje que realizó Larrañaga desde Montevideo a Paysandú, pero además porque dicho registro es el testimonio que ilustra de manera más humana y fiel al prócer, a quien desde la escuela siempre nos han mostrado de forma más fría, como un gran estratega militar a través de los bustos de bronce. Larrañaga se refirió así a Artigas:
“A las cuatro de la tarde llegó el General, el Sr.D.José Artigas, acompañado de un Ayudante y una pequeña escolta. Nos recibió sin la menor etiqueta. En nada parecía un general: su traje era de paisano, y muy sencillo: pantalón y chaqueta azul sin vivos ni vueltas, zapato y media blanca de algodón; sombrero redondo con forro blanco, y un capote de bayetón eran todas sus galas, y aun todo esto pobre y viejo. Es un hombre de una estatura regular y robusta, de color bastante blanco, de muy buenas facciones, con la nariz aguileña; pelo negro y con pocas canas; aparenta tener unos cuarenta y ocho años. Su conversación tiene atractivo, habla quedo y pausado; no es fácil sorprenderlo con largos razonamientos, pues reduce la dificultad a pocas palabras, y lleno de mucha experiencia tiene una previsión y un tino extraordinario. Conoce mucho el corazón humano, principalmente el de nuestros paisanos, y así no hay quien le gane en el arte de manejarlos. Todos le rodean y todos le siguen con amor, no obstante viven desnudos y llenos de miserias a su lado, no por falta de recursos sino por no oprimir a los pueblos con contribuciones, prefiriendo dejar el mando al ver que no se cumplían sus disposiciones en esta parte y que ha sido uno de los principales motivos de nuestra misión.”
Éste y otros sucesos relacionados a la figura del prócer le dan el título de “Capital del Artiguismo” a Paysandú. Como por ejemplo la existencia del Obelisco con las banderas de la Liga en la zona costanera. Por este lugar se dice que Artigas cruzó en 1811 para sumarse a liderar las tropas orientales en pleno inicio de la Revolución.
Por último, vale destacar también que unos años antes de ese encuentro, en este mismo lugar sucedió otro hecho relevante, de lo cual existen registros en la casa parroquial de la Basílica. En esa iglesia fueron bautizados los charrúas Tacuabé y su mujer, Guyunusa, cuyo nombre cristiano era Micaela.
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